(A un buen amigo. Ya sé, el caro soy yo..)
No me gusta llamarle nunca enemigo al adversario aunque me agreda con saña y me zarandee alguna que otra vez. El adversario, aunque alguito menos que el amigo que se quiere aún hace falta. Insípido el proyecto sin tan solo un adversario, que te machaque burlón y a veces te corrija un tanto y sin querer.
El adversario es como aquel "tutor" de mi tesis de grado que quería que yo defendiera lo indefendible y se me atravezó en el camino, hasta que vino David, el buen amigo, con genial idea ("..te traigo una ideota caballo!.."): -"Dale una fecha incorrecta del día de la discusión, y cambiale los "objetivos" al trabajo, y lo embarcamos completo". Así hicimos y discutí la tesis sin el "tutor", había un jurado "amigable" y el resto de la "pandillita"; al tipo lo embarcamos y cuando se vino a enterar yo venía de fresca estampa, con el titulo abajo del sobaco.
Por eso me encantaría tanto participar de alguna reunión de trabajo sobre "la agenda cubana" con algún equipo de Obama. Apuesto a que algo de lo que taigo en mi "cesta" me lo "compra" de buen grado. Ya con eso tendría para estarme riendo en lo poco o mucho que me quede. Tanto o más que esos, que llevan riendose de mi, hace "miles" de años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario