Después de tanto deambular y en eso somos expertos los cubanos, se le ocurrió un día a Cuco montarse también su tienda de campaña en la Internet, inagotable vehículo de interacción social....

domingo, 26 de abril de 2009

El nuevo Estado cubano. (I)

De entre un cúmulo de discuciones abiertas en relación a Cuba y su futuro resaltan las libertades civiles por sobre todos los reclamos. Se habla de libertad de prensa y expresión, de libertad de locomoción, se habla de libertad de asociación y de libertad económica pero poco se dice, sin embargo, del nuevo Estado que habrá de suplantar un día no lejano a la absurda maquinaria político-administrativa que gobierna nuestra Nación.
Desde la perspectiva del Estado democrático "clásico" que hoy predomina mundialmente, este se sustenta básicamente sobre el multipartidismo, que tras periódicas consultas electorales determinan el Jefe de Estado y proporcionales cuotas de representación de los diferentes partidos, según los resultados finales, en el poder legislativo, llámese Parlamento , Asamblea o Cámara de Representantes. En cada país en particular la Ley Electoral regula el esquema con variadísimas soluciones puntuales aunque no existe, hasta ahora, un diseño de Estado democrático que no se sustente fundamentalmente sobre los pilares del multipartidísmo.
La realidad de la sociedad cubana tras medio siglo de apabullante dictadura unipersonal de Fidel Castro (en lo adelante FC) es terriblemente preocupante a la hora de abordar el tema de una transición de forma de gobierno en Cuba. FC no encontró su propia via durante los primeros 14 tormentosos años de revolución y tras múltiples fracazos con los diversos esquemas administrativos que ideó ( siempre desde la base de un patido único de gobierno) tuvo que sucumbir finalmente a las presiones de la U.R.S.S. Fué en 1974, el llamado Año de la Institucionalización, cuando decide copiar la estructura de gobierno soviética y del extinto campo socialista, la que básicamente prevalece hasta nuestros días, sin que ello haya significado avance alguno para el país. Todo lo contrario pues la integración del país al C.A.M.E fortaleció la dependencia de nuestra economía al ineficiente bloque socialísta, maniatando la iniciativa nacional, convirtiéndonos en monoproductores azucareros y endeudando fuertemente al Estado, fundamentalmente con la Unión Soviética.
La sociedad cubana actual es mayoritariamente cada vez más apolítica, la gente no quiere saber del Partido Comunista y tampoco cree en los funcionarios de la Administración, a los que ve como meras correas de trasmisión de una intangible "instancia superior", sin autonomía ni poder de decisión. No quiere saber incluso ( mecanísmos represivos y miedo incluido) ni de líderes ni movimientos de oposición interna y mucho menos externa. Simplemente es un pueblo descreido, escéptico, en profunda depresión. Por otra parte el intenso "bombardeo", durante muchos años, de información negativa sobre la inoperancia y corrupción de determinados gobiernos latinoamericanos y fundamentalmente la divulgación mal intencionada de cualquier evento negativo que ocurre en el seno del gobierno norteamericano ha contribuido a la apatía política que experimenta el pueblo cubano.
Tras medio siglo manipulando a varias generaciones, el sórdido experimento social que ha sido la mal llamada Revolución, ha traído como consecuencia un pueblo que es hoy una masa amorfa, pusilánime y retraída a cualquier tipo de iniciativa auténtica, imposible de generarse en individuos dañados sicológicamente y que en su inmensa mayoría solo actúan movidos por los resortes de la doble moral. La simulación es tristemente, parte del comportamiento normal en una sociedad enferma.
(continúa...)


No hay comentarios: