Después de tanto deambular y en eso somos expertos los cubanos, se le ocurrió un día a Cuco montarse también su tienda de campaña en la Internet, inagotable vehículo de interacción social....

martes, 28 de abril de 2009

El nuevo Estado cubano. (II)

Intentar visualizar un futuro Estado cubano después de décadas de férrea dictadura política, caprichosa administración y pésimo desempeño económico en medio de una sociedad civil dañada y maltratada sistemáticamente resulta de una pequeñez infinetisimal comparada a la obra urgente que aguarda.
En Cuba no existe y núnca existió una cultura política verdaderamente democrática. En la breve época republicana (1902-1952) el juego político estuvo siempre empañado por el cuartelazo impune, la intervención extranjera y el flagelo de la corrupción. Jamás el país conoció la experiencia sosegada de estar representado por un Estado serio y soberano. Si a ese período se le añaden 57 años consecutivos de las dos últimas dictaduras...Qué se puede esperar de generaciones enteras de un pueblo que no ha visto en su vida ni la sombra de un gobierno auténtico! Cuesta mucho tamaña empresa, nunca imposible si se parte del principio de la no rendición.
La trampa mortal que ha significado para Cuba la legítma Revolución de 1959 que posibilitó a FC protagonizar alocada e irresponsablemente la historia de nuestros últimos 50 años, no solo barrió con lo poco de cultura política o educación cívica que alguna vez existió, barrió también con la libre empresa y hasta anuló de un plumazo - curiosamente, inmediatamente después de la caída del Ché en Bolivia -la pequeña iniciativa privada truncando con saña el innato espiritu emprendedor del pueblo cubano.
Ante tal panorama resulta inquietante el escenario de una transición a la democracia partiendo de una convocatoria o propuesta multipartidista. No esperemos por esa vía propuestas equilibradas de un proyecto de nuevo Estado cuando con facilidad podemos anticipar un escenario al que acudan fuerzas políticas que represantan la posición de dos exremos de poder "irreconciliables" o lo que puede ser más peligroso aún para el país: Un desvergonzado pacto gangsteril al estilo de los danielistas y somocistas de Nicaragua para compartir la Ley y el poder. Nuestra aspiración debe encaminarse a la construccioón de un aparato estatal exclusivamente dedicado al desarrollo integral del país, que fomente y regule racionalmente la libre empresa, defensor de la justicia social y de las irrenunciables conquistas por las que el pueblo de Cuba hizo su Revolución un día. Esto es, un proyecto nacional que concilie los genuinos reclamos de todos los sectores del pueblo cubano, incluyendo la diáspora y sus descendientes "extranjeros", que solo será posible desde un Estado de reconciliación nacional, inclusivo de toda la sociedad, que borre para siempre el triste recuerdo de la fractura de la familia cubana, que traiga tranquilidad al país y no más sobresaltos. Solamente sobre esta premisa se podrá avanzar hacia el entendimiento social y la paz.
Es una realidad el excepcional capital humano del que dispone el país a pesar de que este se haya amasado a costa del abuso y del colosal sacrificio y limitaciones de todo un pueblo durante tantos años. Una gran cantidad de excelentes profesionales cubanos han emigrado a otras latitudes a causa del estancamiento y el desdén adquiriendo enrriquecedoras experiencias. Es precisamente ese fabuloso capital humano - de dentro y fuera de la Isla - la garantía del cambio a una nueva sociedad de avances incontestables y bienestar social.
Con la desaparición del bloque "soviético" (estalinista más bién) avanzamos hacia un nuevo tipo de orden mundial en el que el sentido común debe de prevalecer sobre los colores ideológicos. La lucha contra el cambio climático, por fuentes racionales de suministro energético, la lucha por la seguridad alimentaria y contra el hambre y la ignorancia serán las batallas de los próximos años aunque sigan existiendo por un tiempo las inevitables contradicciones entre los poderosos y los ciudadanos comunes. Solamente la educación de los pueblos y la igualdad de oportunidades serían la divisa fundamental del crecimiento humano.
La reciente crisis ha destapado un problema de fondo en la estructura financiera mundial. Escandalosamente las primeras economías han tenido que echar mano al dinero público para "salvar" a los hasta hace poco infalibles bancos y otras tantas megaempresas de capital absolutamente privado. Está más que claro que al libre albedrío de solo unos cuantos y a la desenfrenada codicia "humana" las sociedades habrán de ponerles freno.
Alegrémonos en tanto, de que todo esto haya acontecido antes de que el reloj de esta aciaga historia indique con precisión la hora feliz de comenzar a trabajar por un nuevo Estado cubano, una estructura que sea modelo de gobierno de nuevo tipo, transparente al tiempo que sólido, ágil, ligero, simplemente eficaz.
(continúa...)

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