Hace unas horas releía el trabajo del Sr. Adam Michnik "La Mayoría Silenciosa", publicado en el blog de la brava escritora cubana Zoé Valdés y me preguntaba cuáles serían las combinaciones genéticas o taras de locura que hacen que un hombre o mujer decida no pertenecer jamás y nunca, esté donde esté, a “la mayoría silenciosa”…
Como algunos sabrán, no es un camino de rosas, es preñado de vicisitudes y engaños, de frustraciones, espejísmos y derrotas. Una senda “absurda”, cansina, en medio de la incomodidad y la pobreza y que casi siempre conduce al precipicio de la muerte. Y aún así algunos se empeñan en tomarla, en contra de toda previsión lógica, la mística que los arrastra a la irrentable aventura, acaba por dominar su espíritu. Cual será el código en el mapa de la vida de esos seres anormales?!!!.
Me apasiona el tema, la verdad, y por ello me lo cuestionaba, porque no tuve un Mambí en la familia, ni un compañero de Sanguily, Mella o de Guiteras, ni Pablo, nadie del Ala Izquierda Estudiantil, ni amigo de Aureliano, Fructuoso, “Manzanita”, Camilo o Ché, ni del Directorio, ni del 26. Sí conocí a Guevara, Rubén, un Capitán jovencito del Ejército, buen amigo, bocón, valiente, rebelde, pendenciero e indomable (una vez nos entramos a trompadas, ninguno ganó, estábamos borrachos!); hasta la aciaga noche en que tropieza con el policía, que de un certero karatazo me lo dejó tirado a un costado de la Quinta Avenida de La Habana, por allá por el 91. Iba solo, de civil y en bicicleta, contento por su mujer embarazada. Y lo silenciaron, luego nada pasó.
Como algunos sabrán, no es un camino de rosas, es preñado de vicisitudes y engaños, de frustraciones, espejísmos y derrotas. Una senda “absurda”, cansina, en medio de la incomodidad y la pobreza y que casi siempre conduce al precipicio de la muerte. Y aún así algunos se empeñan en tomarla, en contra de toda previsión lógica, la mística que los arrastra a la irrentable aventura, acaba por dominar su espíritu. Cual será el código en el mapa de la vida de esos seres anormales?!!!.
Me apasiona el tema, la verdad, y por ello me lo cuestionaba, porque no tuve un Mambí en la familia, ni un compañero de Sanguily, Mella o de Guiteras, ni Pablo, nadie del Ala Izquierda Estudiantil, ni amigo de Aureliano, Fructuoso, “Manzanita”, Camilo o Ché, ni del Directorio, ni del 26. Sí conocí a Guevara, Rubén, un Capitán jovencito del Ejército, buen amigo, bocón, valiente, rebelde, pendenciero e indomable (una vez nos entramos a trompadas, ninguno ganó, estábamos borrachos!); hasta la aciaga noche en que tropieza con el policía, que de un certero karatazo me lo dejó tirado a un costado de la Quinta Avenida de La Habana, por allá por el 91. Iba solo, de civil y en bicicleta, contento por su mujer embarazada. Y lo silenciaron, luego nada pasó.
3 comentarios:
Gracias, Cuco, por citar mi blog. Ese artículo es de una claridad que también a nosotros nos ilumina. ZV.
Honor el mio!!!, que se pasee ud. por la cabaña a leer mi garabato...
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